domingo, 17 de octubre de 2010

Vivir en Cartagena, mi bólido, otra yo

Mi bólido es mi coche, también conocido como el troncomovil (nombre plagiado a mi suegrito). A mis 29 años, con 8 cuenta él ya (el coche, no el suegrito) es el pimero que tengo.

El hecho de que hace sólo unos pocos meses haya sacado el registro de conducir por primera vez, tiene que ver con la tardía adquisición. Y no vino solo. Así lo hubiese pagado carísimo -por suerte no fue así - habría valido la pena, porque con él adquirí una dosis de libertad que hasta ahora no había experimentado. Vale, en Mar del
Plata se puede ir a todas partes caminando, y en Madrid, a todas partes en metro, pero no es lo mismo, siempre había algo que no podía hacer porque no tenía coche.

Me encanta la sensación de libertad atrás del volante, a toda hora encuentro una excusa para agarrarlo y salir. Disfruto del sol, de la lluvia, cuando hace frío o calor: la calefacción o el aire a mi gusto, la luz, la velocidad ¿exagero?

Ahora mismo está saliendo el sol, y el mar está tan cerca...si no fuera por mi bólido, me tenía que quedar en casa...

3 comentarios:

  1. Cuidado!! Te vas a volver cocheadicta!!
    pero no te preocupes que eso se te pasa viniendo a Madrid: tragandote los maravillosos atascos de esta ciudad y lo mejor de todo... las horas perdidas dando vueltas para encontrar aparcamiento, y cuando lo consigues... sorpresa!! estás más cerca de tu casa que del sitio al que querías ir!!!! jajaja

    Recuerdo que me debes una viajecito en coche a mi casa...

    P.D. ya te fastidié tu blog sin comentarios ;-). Bueno, sólo si lo apruebas...

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  2. jjjeje podés creer que los cartageneros se quejan de atasco cuando podés ponerte en cualquier parte en menos de media hora!!! es verdad no sé si aguantaré el día a día en madrid al volver. Y po supuesto no me olvidé de mi promesa!!!

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  3. Le dije a Martín: Mañana hay un mercadillo de Artesanías en Lo Pagán. A lo cual me contestó más o menos lo esperable: que no, que mañana quiero hacer esto, que quería estar tranquilo, que para qué, que mejor que no, que son muchos kilómetros, y que a qué hora, y que se tarda mucho y que para qué...y yo lo disfruté un montón pensando que sino me hubiera sacado el registro y no tuviese coche estaría jorobada, pero ahora ya no. El domingo agarré mi bólido y me fui al mercadillo.

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