jueves, 22 de julio de 2010

Intro

Desde pequeña consideré la mesa de luz como un lugar muy privado de las personas. Cuando había algo que no quería que nadie viera, como la carta de un noviete, la envoltura de un bombón regalado por el chico que me gustaba o el recuerdo de alguna travesura, lo guardaba en mi mesita de luz. Seguro que mi madre lo sabía y lo veía, pero para mí era el lugar más privado del mundo.

Hoy en día, mi mesa de luz sigue guardando cosas íntimas. Ya no son secretos que me costarían un regaño, pero sigue habiendo algún ticket de un lugar que no me quiero olvidar, algún collar, algo que todavía no sé dónde guardar, algo que no quiero perder, que no sé que hacer con el pero lo quiero conmigo. Y estas cosas son las que me gustaría compartir en este blog. Cosas que no quiero que se pierdan: fotos de paisajes, recuerdos de lugares... y ya si me animo abro otro cajón y cuento algunas aventuras, algunas ideas, alguna otra cosa. Ahora que les conté esto, sepan que el blog es para verlo todo, pero si vienen a casa: ni se les ocurra tocar mi mesita de luz!

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