lunes, 29 de noviembre de 2010

Santorini - La playa blanca

Queríamos ir a la Playa Blanca. La habíamos visto en los mapas, pero no en los carteles de la carretera. Intentamos por varios caminos que no llevaban a ninguna parte. Decidimos continuar por uno que iba a un puerto. Para nuestra alegría, un hombretote, que con su propio cuerpo a modo de amarre sostiene un barco a un muelle de madera, grita: ¡¡white beach, playa blanca, five euro, five euro!!. Parakaló, efgaristó y nos montamos.


Fueron unos poco minutos de navegación, pero con el efecto de camino de ida, de ir por lo desconocido, hace que todo dure más. Pasamos frente a la playa roja. Inmenso acantilado de un increible color rojo oscuro en contraste al profundo azul del mar. Luego costa de piedras, mediterráneo abierto, olas, el reflejo del sol y al fondo en línea recta un puntito blanco. El hombretote llevó su barquito derecho a detenerse entre dos piedras, donde un compañero lo esperaba. Le lanzó la cuerda que el otro se ató alrededor del cuepo y sostuvo firme para que podamos bajar. Claro…¿Qué esperábamos? Un puerto, un muelle.¡¡Nada!! a hacer un atadito con la ropa, ponerlo sobre la cabeza y bajar a la playa blanca.

Sólo haberla visto fue un descubrimiento. ¡Cuánta diferencia con el resto de la isla! Estando ahí parecía una enormidad blanca. Nadamos, dormimos, comimos, charlamos y disfrutamos escondidos del resto de la isla hasta el atardecer.

Al volver al barco, navegando en dirección al puerto, vimos cómo volvía a conventirse en un pedacito blanco, de un acantilado enorme, de una pequeña isla del mar Egeo.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Charlando con amigos...

-¡¡¡Que rica Empanadilla!!!
-No se llaman Empanadillas, son Empanadas.
-¿Empanadas? y ¿cómo llamáis a las Empanadas?
-¿A las grandes? Tartas
-¿y a las Tartas? Las de cumpleaños por ejemplo...
-¡¡Tortas!!
-Aquí una torta es un golpe, un puñetazo.
-Eso es una Piña
-Nooooooo...¿y cómo llamáis a las Piñas?
-Ananá
-¡¡¡Joder!!